Abrelatas "de bolsillo" El Explorador Español (2 usos)

Detalles Bibliográficos
Identificador:MA_CE_00144
Denominación principal:Abrelatas "de bolsillo" El Explorador Español (2 usos)
Clasificación genérica:Alimentación:útiles;Equipamiento doméstico
Técnica:fabricacion_industrial;impresion
Material:metal;carton
Dimensiones:
  • ancho: 2,5 cm;
  • alto: 2,5 cm;
  • profundidad: 6,5 cm;
Origen o lugar:Gijón
Autor principal: José Valle Armesto S.A.
Descripción
Descripción: Consta de dos piezas: abrelatas y estuche. El abrelatas, formado por tres piezas de metal, una de ellas de forma denticulada, que mediante presión, atravesaba la cubrición de las latas. El estuche es rectangular, y está decorado en ambas caras con una imagen de montaña, sobre fondo azul y el abrelatas en primer plano.
Uso o finalidad:Utensilio concebido para abrir latas de conservas y botellas
Historia del objeto:Su creador fué José Valle Armesto, nacido en 1870 en Vilaseca, Negueira de Muñiz, en la Provincia de Lugo, desde donde se marcha muy joven a trabajar como camionero en Gijón. Parece ser que viaja a Cuba, durante un tiempo, sirve en el ejército español, y comienza a trabajar como viajante, por los caminos de España. Hasta que en el año 1905, echa raíces en la que ya era su casa: Gijón. Ese año, junto a un socio capitalista, compra una nave industrial en el centro de la ciudad, desde donde se trasladaría más adelante, a la actual Manuel Llaneza. Contaba con una plantilla formada, mayoritariamente por mujeres, e integrada prácticamente al 100% por gallegos, que desde 1906, se dedicaban única y exclusivamente a la fabricación de un pequeño y revolucionario invento, un artilugio que cambiaría la historia para siempre: “El Explorador Español”, el abrelatas de bolsillo moderno. Considerado un hito del diseño industrial a nivel mundial, sigue todavía en vigor, y podía usarse para cuatro concretas funciones: Abrir latas, destornillador, abrir botellas con tapón de corona y perforar envases, dejando un pequeño orificio por el que extraer su contenido. Y todo con tan solo tres piezas metálicas, integradas de una ingeniosa manera, que lo convertían en un instrumento tan sencillo de fabricar, como de usar, almacenar o transportar. Nunca escatimó en publicidad, sus anuncios eran habituales en la prensa nacional, hablando sobre su gran invento, que fue todo un éxito a escala mundial. Durante los 54 años que sobrevivió a su creación, José nunca dejó de acudir a su fábrica, para revisar personalmente la producción, y charlar animadamente con sus paisanos gallegos, pero el paso de los años dejó obsoleta la producción, y José Valle Armesto SA, acabaría cerrando definitivamente a finales de la década de 1960.La última renovación de la patente de “El Explorador Español”, en la Oficina Española de Patentes y Marcas, se produjo el 31 de agosto de 1966. Hacía seis años que José Valle Armesto había fallecido en Gijón. Tenía 90 años de edad y con él se iba un hombre hecho a sí mismo, y que había dejado su huella en la historia de la Humanidad