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Etiqueta rectangular para envase redondo. Sobre fondo verde. Aparece el dibujo de un bodegón compuesto por una copa de vino y un sándwich de atún sobre una bandeja de plata. Sobre este bodegón la especificación del producto y el nombre de la marca. En el lateral derecho en letras blancas aparece la procedencia.
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2024-02-16T13:20:30Z 1487 MA_CE_00371 prueba impresión etiqueta fritada de bonito prueba impresión etiqueta fritada de bonito A mediados del siglo XIX la revolución fotográfica supuso un antes y un después en el mundo artístico. Esto se hace más palpable en las tendencias publicitarias popularizándose así el bodegón. El bodegón es un género artístico que nace y se populariza a lo largo del siglo XVII. Será a partir de este momento cuando los elementos más cotidianos y sencillos se conviertan en protagonistas. Los artistas buscaban mediante cromatismos e iluminación provocar en el espectador una sensación de serenidad y bienestar. Esta tendencia se convirtió en intangible en épocas posteriores llegando, apenas alterada, hasta la actualizada. Sí que es cierto, que a partir de la década de los 60 en adelante se comienza a depurar, de manera muy tímida, esta tendencia; comienza a ganar importancia la sencillez, pero siempre mediante una estructura estudiada. La presencia del bodegón dentro del mundo publicitario se debe al aumento exponencial de las ventas de aquellos productos anunciados con este estilo. Esto se debe a la atracción que genera la cotidianidad en el público. Los seres humanos estamos predispuestos a sentirnos atraídos por elementos comunes organizados y dispuestos de manera simple, pero con un acusado atractivo estético (de ahí la importancia de los efectos lumínicos). Las grandes marcas se valieron de esta tendencia para crear proyectos publicitarios en los que sus productos se convertían en piezas de deseo; vemos como la conserva se convierte en un objeto fetiche. Hijos de C. Albo se contó entre las primeras empresas que compraron las empacadoras de bonito que pasó a fabricar Luis Calvo Sanz en Carballo33, así como las que algo más tarde produciría también su antiguo socio Fraga. Pero es que además, el hecho de mantener la di[1]rección en Vigo de una empresa multiplanta con seis fábricas activas en todo el Cantábrico hizo funcionar el denominado “efecto sede”, lo que es decir, que las compras de maquinaria decididas desde Vigo llevaron las máquinas carballesas y las de los talleres vigueses al conjunto de las factorías de la empresa. En julio de 1956 adquieren la primera empaca[1]dora de bonito para la fábrica de Vigo y en septiembre la primera para Candás. Dos años más tarde adquieren a la misma empresa otra para Vigo, otra para Candás y tres para San Juan de la Arena. Otra empresa viguesa a la que compran habitualmente maquinaria desde finales de los cincuenta es a Hermanos Rodríguez, de quien reciben desconcha[1]doras de marisco ya en 1961, así como cocedores, prensas y hornos para todas las fábricas de la empresa. También podríamos citar a Alonarti como un importante suministrador de maquinaria en un proceso en el que Hijos de C. Albo toma la delantera desde aproximadamente 1958. 24,90 cm; 4 cm; ; ; carton;tinta dibujo Industria conservera. Promoción y publicidad. Diseño y Artes gráficas Etiqueta rectangular para envase redondo. Sobre fondo verde. Aparece el dibujo de un bodegón compuesto por una copa de vino y un sándwich de atún sobre una bandeja de plata. Sobre este bodegón la especificación del producto y el nombre de la marca. En el lateral derecho en letras blancas aparece la procedencia. Hijos de Carlos Albo S.A. Vigo Prueba impresión para posterior función publicitaria e identificativa Fábrica Albo, Vigo xprcanf21l12a990000234 public_access
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Hijos de Carlos Albo S.A.
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A mediados del siglo XIX la revolución fotográfica supuso un antes y un después en el mundo artístico. Esto se hace más palpable en las tendencias publicitarias popularizándose así el bodegón.
El bodegón es un género artístico que nace y se populariza a lo largo del siglo XVII. Será a partir de este momento cuando los elementos más cotidianos y sencillos se conviertan en protagonistas. Los artistas buscaban mediante cromatismos e iluminación provocar en el espectador una sensación de serenidad y bienestar. Esta tendencia se convirtió en intangible en épocas posteriores llegando, apenas alterada, hasta la actualizada.
Sí que es cierto, que a partir de la década de los 60 en adelante se comienza a depurar, de manera muy tímida, esta tendencia; comienza a ganar importancia la sencillez, pero siempre mediante una estructura estudiada.
La presencia del bodegón dentro del mundo publicitario se debe al aumento exponencial de las ventas de aquellos productos anunciados con este estilo. Esto se debe a la atracción que genera la cotidianidad en el público. Los seres humanos estamos predispuestos a sentirnos atraídos por elementos comunes organizados y dispuestos de manera simple, pero con un acusado atractivo estético (de ahí la importancia de los efectos lumínicos).
Las grandes marcas se valieron de esta tendencia para crear proyectos publicitarios en los que sus productos se convertían en piezas de deseo; vemos como la conserva se convierte en un objeto fetiche.
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Hijos de C. Albo se contó entre las primeras empresas que compraron las empacadoras de bonito que pasó a fabricar Luis Calvo Sanz en Carballo33, así como las que algo más tarde produciría también su antiguo socio Fraga. Pero es que además, el hecho de mantener la di[1]rección en Vigo de una empresa multiplanta con seis fábricas activas en todo el Cantábrico hizo funcionar el denominado “efecto sede”, lo que es decir, que las compras de maquinaria decididas desde Vigo llevaron las máquinas carballesas y las de los talleres vigueses al conjunto de las factorías de la empresa. En julio de 1956 adquieren la primera empaca[1]dora de bonito para la fábrica de Vigo y en septiembre la primera para Candás. Dos años más tarde adquieren a la misma empresa otra para Vigo, otra para Candás y tres para San Juan de la Arena. Otra empresa viguesa a la que compran habitualmente maquinaria desde finales de los cincuenta es a Hermanos Rodríguez, de quien reciben desconcha[1]doras de marisco ya en 1961, así como cocedores, prensas y hornos para todas las fábricas de la empresa. También podríamos citar a Alonarti como un importante suministrador de maquinaria en un proceso en el que Hijos de C. Albo toma la delantera desde aproximadamente 1958.
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