etiqueta fritada de bonito

Detalles Bibliográficos
Identificador:MA_CE_00370/1
Denominación principal:etiqueta fritada de bonito
Clasificación genérica:Industria conservera. Promoción y publicidad. Diseño y Artes gráficas
Clasificación razonada:La situación crítica del sector en la segunda mitad de los sesenta, con unos precios de las materias primas en alza y unos precios finales sometidos a autorización administrativa situaba, además a muchas conserveras al borde de la quiebra. Desde el Ministerio de Industria se dictaron diversas medidas promoviendo la concentración de empresas en el sector, algo que en pocos casos se llevó a efecto. Y cuando lo hizo, lo que ocurrió no fue tanto que las empresas se fusionaran como que algunas aprovecharon para reorganizar una estructura territorial demasiado dispersa. Uno de estos casos fue el de Hijos de C. Albo, que, en 1969, y tras el correspondiente expediente y autorización del Ministerio, concentró en la factoría de Candás la actividad que antes desarrollaba en las de Ribadesella, de San Vicente de la Barquera, San Juan de la Arena y, evidentemente, la propia de Candás. De esta forma, desde 1970 hasta 1985 en que cerraron la fábrica de Bermeo, Hijos de C. Albo mantendría seis fábricas: Vigo, Celeiro, Tapia, Candás, Santoña y Bermeo. Con esta estructura más racionalizada, en la que Tapia se consolidaba como una factoría especializada en foie-gras y platos preparados, especialmente fabada, en Vigo todo menos los túnidos, y el resto de las plantas en túnidos y anchoas, la empresa aparecía en 1972 como la tercera conservera española, en volumen solo por detrás de Massó y Garavilla, y como la nº467 del conjunto de las empresas industriales país. Desde los años setenta Hijos de C. Albo ha mantenido una estrategia en la que el mantenimiento del prestigio de una marca en la que había hecho una notable inversión publicitaria ha pesado más que el interés por crecer indiscriminadamente. Hijos de Carlos Albo ha estado en el grupo de los diez primeros fabricantes españoles durante más de un siglo.
Dimensiones:
  • ancho: 29 cm;
  • alto: 4 cm;
Procedencia:Fábrica Albo, Vigo
Origen o lugar:Vigo
Autor principal: Hijos de Carlos Albo S.A.
Descripción
Descripción: Etiqueta rectagular para envase redondo. Sobre fondo verde. Aparecen dos representaciones fotográficas del producto emplatado; la fritada de bonito untada en pan; acompañado de la representación del producto enlatado. Entre ambas, en inglés y español información relativa a la procedencia del producto y sus ingredientes.
Uso o finalidad:Publicitario-identificativo para envolver el envase redondo
Historia del objeto:Representación del producto a modo de bodegón. A mediados del siglo XIX la revolución fotográfica supuso un antes y un después en el mundo artístico. Esto se hace más palpable en las tendencias publicitarias popularizándose así el bodegón. El bodegón es un género artístico que nace y se populariza a lo largo del siglo XVII. Será a partir de este momento cuando los elementos más cotidianos y sencillos se conviertan en protagonistas. Los artistas buscaban mediante cromatismos e iluminación provocar en el espectador una sensación de serenidad y bienestar. Esta tendencia se convirtió en intangible en épocas posteriores llegando, apenas alterada, hasta la actualizada. Sí que es cierto, que a partir de la década de los 60 en adelante se comienza a depurar, de manera muy tímida, esta tendencia; comienza a ganar importancia la sencillez, pero siempre mediante una estructura estudiada. La presencia del bodegón dentro del mundo publicitario se debe al aumento exponencial de las ventas de aquellos productos anunciados con este estilo. Esto se debe a la atracción que genera la cotidianidad en el público. Los seres humanos estamos predispuestos a sentirnos atraídos por elementos comunes organizados y dispuestos de manera simple, pero con un acusado atractivo estético (de ahí la importancia de los efectos lumínicos). Las grandes marcas se valieron de esta tendencia para crear proyectos publicitarios en los que sus productos se convertían en piezas de deseo; vemos como la conserva se convierte en un objeto fetiche.