Fábrica de conservas de Curbera en Ameixide (Aldán)

Detalles Bibliográficos
Identificador:CIG_0001
Denominación principal: Fábrica de conservas de Curbera en Ameixide (Aldán)
Clasificación genérica:Industria Conservera. Bienes inmuebles del patrimonio industrial marítimo
Clasificación razonada:A partir de 1880 un grupo de antiguo salazoneros y escabecharos de distinto origen acceden al mercado interior español, gracias a las conexiones ferroviarias de A Coruña y Vigo con Madrid. A finales del siglo XIX la transformación de las actividades marítimo-pesqueras estimuló la sustitución de las embarcaciones a vela, empleadas en la captura de besugo, merluza o congrio, por pequeños vapores. Estos exigían unas cantidades de capital muy alejadas de las posibilidades de una mayoría de armadores y patrones de las embarcaciones tradicionales, de ahí que los primeros vapores estuvieran vinculados al abastecimiento de materia prima a las fábricas de salazón, conserva o escabeche. Actividades tales como la fabricación de envases, servicios de comercialización, seguros, etc. fueron, en buena medida, estimuladas y financiadas por los propios conserveros, incluida la pesca de sardina, donde los podemos ver adquiriendo cercos de jareta o facilitando su compra a los marineros. Sin embargo, el detonante para el desarrollo de la industria gallega fue la desaparición de la sardina en las costas francesas entre 1880-87 que hundió la industria conservera bretona. Galicia aprovechó la ocasión, aunando las iniciativas propias con las de un puñado de compañías hispano-francesas en las que los socios nativos aportaban los edificios, se encargaban de la compra del pescado, así como de la gestión de la fábrica, y los extranjeros aportaban la parte técnica de las instalaciones, el suministro de materias de procedencia no española (el aceite en los primeros tiempos y la hojalata) y la comercialización del producto bajo etiqueta francesa. La aportación francesa a la formación del sector conservero gallego no se limitó a suministrar técnica o capital, sino que supuso algo más: la garantía de un mercado seguro. (CARMONA BADÍA, X 2005). Si bien, esta dependencia dura poco son los inicios de la historia de la conserva en Galicia dando lugar a grandes sagas o familiar de la conserva. J.R. CURBERA Los Curbera eran una familia que había crecido con la propia ciudad de Vigo. Fomentadores, fabricantes de curtidos, armadores, comerciantes al por mayor, banqueros, pioneros de la conserva, concesionarios de los modernos servicios públicos, en todas las actividades que hicieron la ciudad puso su granito de arena esta familia procedente de la localidad catalana de Arenys de Mar, a la que localizamos por primera vez en la villa olívica en el año 1787 (CARMONA BADIA, X. 2011). La tercera generación, Francisco y Víctor Curbera Puig Curbera Hermanos, fueron los fundadores en 1861, de la que sería primera fábrica de conservas herméticas de las Rías Baixas que cerraría en 1877. Situada en el lugar de Mirabens, en la playa viguesa de Arealonga (Chapela), la pequeña fábrica tenía un carácter muy artesanal, al igual que todas las iniciativas iniciativas anteriores a 1879. En su catálogo, figuran desde perdices hasta ostras en lata y coexisten todo tipo de envases imaginables, lo que indica su falta de especialización en la sardina característica de la industria gallega a partir de 1880. Otro de los hermanos José Ramón Curbera Puig se adentra en el sector conservero en el año 1892 con una fábrica en Guixar. Pronto entrarían a colaborar con él dos de sus hijos, José y Julio Curbera Fernández, la cuarta generación. Los Curbera inaugurarían una nueva fábrica en el Arenal vigués q en el año 1906 en la finca conocida como Villa Joaquina, que había pertenecido a los Tapias. En ella introdujeron las últimas novedades en tecnología de la conserva y la fabricación de envases e instalaron su sede central. El momento de entreguerras Curbera fue un momento muy favorable para la industria conservera en general, con los beneficios comienzan con la armaduría de vapores ocupados en la pesca del fresco, orientadas a la venta en mercados abiertos a lo largo y ancho del país. Como otros armadores de importancia, habían establecido también durante la Gran Guerra un pequeño astillero en Vigo, en el lugar de A Riouxa, destinado a reparaciones y construcción de vapores, que como la mayor parte de los que se fundaron en aquella época, tendría una vida breve. Los años veinte significan un gran esfuerzo de expansión geográfica de la pesca, destinado a reducir los riesgos del monocultivo sardinero tradicional de buena parte de la industria conservera gallega. La primera gran iniciativa fue la de entrar en la tradicional pesca andaluza del atún, tomando en arrendamiento la almadraba más importante de la región de Cádiz. En el momento del estallido de la Guerra Civil Curbera tenía fábricas en Vigo-Areal, Vigo-Alcabre, Ameixide (Aldán), Cabo de Cruz (Boiro) y Ayamonte, flota pesquera con bases en esta última localidad, en Vigo, A Coruña y Málaga, así como fábrica de desestañado en Lavadores-Vigo. Expresión del éxito económico y social del principal representante de la cuarta generación de los Curbera era su propia vivienda, una magnífica construcción del arquitecto Jenaro de la Fuente, con amplísimos jardines en una de las laderas del monte de A Guía. Su talante negociador, que contrastaba con su carácter fuerte, lo llevaron a actuar como árbitro en numerosos conflictos entre trabajadores y patronos del sector con un elevado nivel de aceptación por ambas partes. Después de su muerte en plena guerra civil, la firma irá poco a poco languideciendo, concentrando su fabricación en Cabo de Cruz y, sobre todo, en Ameixide. La fábrica del Arenal irá poco a poco reduciendo su actividad hasta su cierre definitivo en febrero de 1970 y la de Ameixide en 1990.
Origen o lugar:España Galicia Pontevedra Cangas Pintens Hío
Autor principal: Conservas Curbera
Descripción
Descripción: Por lo general las fábricas de conserva de pescado, igual que los almacenes de salado fueron edificadas en la misma línea del mar, al lado, en ensenadas protegidas y de acceso fácil para las pequeñas embarcaciones que descargaran la materia prima para lo cual se construían pequeños embarcaderos o una simple rampa de atraque. Ocupado con las construcciones cuatro mil cuatrocientos cuarenta y nueve metros cuadrados de suelo, con un total de superficie construida de cuatro mil ochocientos noventa y un metro cuadrados. Superficie suelo: 29.498 m² Superficie Contruida: 4.891 m Se puede apreciar en la edificación varias etapas de reformas y a las descripciones dadas por la gente de la zona. El estado de las plantas tanto en el edificio principal como en la vivienda adosada a este, es tal el avance de deterioro que la totalidad del forjado de madera primitivo que separaba las diferentes plantas se ha venido abajo quedando el volumen del edificio totalmente diáfano y con vegetación en su interior. La Planta baja de la nave principal tiene una forma de L y provista de dos entradas, una en la fachada norte y otra en la fachada sur. Repartida por las fachadas norte, este y sur están todos los huecos de ventanas de iguales dimensiones que dotaban a la planta de la luz necesaria para las funciones que se desarrollaban en su interior. La planta baja de la vivienda adosada a la nave principal con forma cuadrada dispone de una entrada principal en la fachada oeste y cuatro huecos de ventanas de iguales dimensiones. También se encuentra en la fachada sur un ventanuco de pequeñas dimensiones dotaba de ventilación a un antiguo aseo. La Amplia planta alta con forma cuadrada y que solo dispone de acceso por la entrada principal del edificio en la fachada oeste. Dispone de amplias ventanas en todas sus fachadas dotando a la planta de una gran luz natural y unas impresionantes vistas a la ensenada de Aldán. La planta alta de la vivienda adosada a la nave tiene la misma forma que la planta baja y dispone de cinco huecos de ventanas de iguales dimensiones y una ventana menor que daba servicio al baño de la vivienda. El cerramiento de la nave principal está compuesto de grandes muros de carga a base de sillería de granito silvestre de espesores de 60cm en la planta baja, a espesores variables desde los 30cm en la fachada norte y sur los 60cm en la fachada este y oeste. Se puede apreciar el tipo de estructura portante horizontal gracias a los restos que aún permanecen en interior del edificio. El edificio disponía de un forjado de madera unidireccional compuesto por un entramado de vigas de madera denominadas vigas jácenas, por pontones que apoyan sobre estas y a su vez sobre los pontones descansa un entarimado machiembrado unido a estas por clavazón. Tanto las cabezas de las vigas como los pontones se apoyaban en los muros exteriores mediante dados de reparto como se puede apreciar en el interior de las fachadas. Actualmente todo el conjunto del edificio se encuentra sin cubierta, pero se puede ver que dicha cubierta se sustentaba sobre los grandes muros de piedra de la fachada este y oeste. Las cubiertas tanto de la nave principal con de la vivienda estaban resueltas a cuatro aguas. Se sabe por fotografías antiguas y por restos de materiales encontrados en su interior que la cubierta inclinada a cuatro aguas de la nave principal estaba compuesta de cerchas de madera tipo español sobre la que apoyaban unos rastreles de madera que recibían las placas de fibrocemento. La cubierta de la vivienda unifamiliar era de teja cerámica plana como se puede apreciar en los aleros de la misma. La planta baja tiene una solera de ladrillo, revestida con mortero y una pequeña solera de hormigón en su esquina noreste. La distribución interior tanto de la nave como de la vivienda estaba realizada con rasillas de ladrillo hueco. Se observa en los restos que quedan en la edificación que la nave tenía entarimado de madera y pavimento de mortero en los locales húmedos y comedor. La vivienda unifamiliar tenía entarimado de madera en las estancias y plaqueta cerámica en los locales húmedos. Tanto los locales húmedos de la nave como los de la vivienda unifamiliar estaban alicatados con azulejo hasta una altura de 1.50m excepto la cocina de la vivienda que estaba en toda su altura. El resto de las estancias tanto los tabiques como los cerramientos estaban enfoscados y pintados. Es casi inexistente pero de lo poco que queda se puede ver que en la vivienda adosada a la nave, la carpintería exterior era de dos hojas de giro vertical abatibles al exterior en madera de pino y pintada en color rojo. Contaban en su interior con contras de madera pintadas en color blanco. En la nave principal destacan el carácter modular de las ventanas de la planta alta. Ventanas con los marcos de cemento armado que se dividen en pequeños cuadrados con paneles de poliéster, fijados a unos máneles de cemento armado. En el centro del modulo de la ventana se encontraba la hoja de madera deslizante de guillotina en madera de pino y pintada en color rojo. En la planta baja de la nave solo se conserva una hoja de pequeñas dimensiones abatible hacia el interior en madera de pino y pintada en color rojo. Todas las ventanas están situadas a haces exteriores. Referente a las puertas solo se conserva la puerta principal que daba acceso a la planta alta de la nave a base de chapa ondulada galvanizada. La carpintería interior es totalmente inexistente en todo el edificio
Uso o finalidad:Las fábricas de conservas de pescado y marisco son espacios para procesar la materia prima del mar en productos duraderos. La mayoría de las conserveras constan únicamente de una planta dispuesta en forma rectangular, con tres naves, con unas dimensiones variables La construcción de las conserveras más antiguas se hacían con piedra de gran cantería, rebajes de puertas y ventanas, y más los esquinales, y mampostería en las paredes, con cubierta a dos aguas con teja del país. El interior de la fábrica tenía normalmente las oficinas separadas del resto de la zona de trabajo, y en esta se distinguían cinco partes principales: la zona de limpieza y destripado del pescado; la zona de cocción, en asadores o enlatadas; la zona de empacado y cierre; la zona de esterilizado y limpieza de latas; y la zona de empaquetado para la expedición. Muchas de las fábricas anteriores a 1961 tenían también una sección de carpintería para la preparación de la cajas de madera, así como un taller mecánico o taller de vació para la elaboración de los envases metálicos y la reparación de la maquinaría En algunos casos, una vivienda construida en las proximidades de la fábrica se destinaba para vivienda del encargado y su familia.
Historia del objeto:Fábrica de conservas de José Ramón Curbera y que fuera anteriormente salazón de Leopoldo Lamberti data del año 1882 en Pinténs (Parroquia de Hío). Cuando en 1990 cerró sus puertas la fábrica que en la ría de Aldán y lugar de Ameixide poseía la firma José R. Curbera terminaba una dinastía empresarial que había empezado más de dos siglos antes y a la que habían dedicado sus esfuerzos nada menos que seis generaciones. Los Curbera eran una familia que había crecido con la propia ciudad de Vigo. Fomentadores, fabricantes de curtidos, armadores, comerciantes al por mayor, banqueros, pioneros de la conserva, concesionarios de los modernos servicios públicos, en todas las actividades que hicieron la ciudad puso su granito de arena esta familia procedente de la localidad catalana de Arenys de Mar, a la que localizamos por primera vez en la villa olívica en el año 1787 . La fábrica de Ameixide había entrado a formar parte de la empresa en el año 1911, a la muerte de su fundador Leopoldo Lamberti Proglio, abuelo de Fermina Alonso Lamberti, la esposa de José Ramón Curbera Fernández con la que éste se había casado en 1908. A mediados de los 50 deciden así entrar en el negocio del mejillón y consiguen en 1953 la concesión para varias bateas frente a su astillero de A Riouxa y posteriormente en la ría de Aldán, con las que pasarán a suministrar a su fábrica de Ameixide. Esta fábrica fue la última en activo de una saga de seis generaciones que se mantuvo hasta 1990.