Marca comercial "La Trainera"

Detalles Bibliográficos
Identificador:MA_CE_00071
Denominación principal:Marca comercial "La Trainera"
Clasificación genérica:Industria conservera. Promoción y publicidad. Diseño y Artes gráficas
Técnica:impresion
Material:papel;tinta
Dimensiones:
  • ancho: 8,6 cm;
  • alto: 14,7 cm;
  • profundidad: 11 cm;
Fecha de creación:1909
Origen o lugar:Vigo
Autor principal: R. Heredia y Cía
Descripción
Descripción: La pieza se compone, de un tarjetón, al que está adherida en el anverso, la imagen de la marca "La Trainera". En el reverso, aparecen recogidas las diferentes fechas de presentación, de marca de producto, así como la concesión y publicación de la misma.
Uso o finalidad:La función de los registros de marcas no era otro que asegurarse la independencia de la producción bajo un nombre concreto, evitando la competencia con otras empresas
Historia del objeto:Vigo se convirtió en el segundo frente de la expansión territorial, y de la diversificación de los negocios de los Valeiras; una población que se estaba erigiendo, en el principal centro pesquero, conservero y comercial del litoral gallego, y en escala obligada del tráfico marítimo con América. La presencia de los Valeiras en Vigo, viene de mano de otro vecino, Ramón Heredia Pazos, que constituye en 1904, R. Heredia & Cía, dedicada al comercio de vino y conservas, con otro gran empresario orensano de Valdeorras, Marcelino Suárez. La empresa alquiló, en 1905, el negocio de Molins y Rodríguez, Vinícola Gallega, compañía fundada en 1891 por Francisco Molins, importante comerciante y empresario vigués. Dedicados por tanto al comercio de vinos desde 1889, en 1891 Molins y Rodríguez, montan una bodega propia, y establecen puntos de venta en Santiago de Compostela, A Coruña y Madrid. Hacia 1906, se asocia con Manuel y Bautista López Valeiras (hermanos de Josefino), quienes establecieron la fábrica de conservas de pescado en 1907. Tras un breve período comercializando conservas ajenas, la firma Heredia y Valeiras, no tardó mucho en pasarse a la fabricación. En la revista “Estadísticas de pesca”, de 1908, ya figura la fábrica de Vigo con 35 operarios, y una producción anual de 70 toneladas de latas de sardina, lejos de las que fabricaba José R. Curbera o Antonio Alonso, que daban empleo a 300 personas. El paso a la fabricación de conservas, tuvo lugar en un momento especial. Dos años después, en 1909, la hoja de lata, casi toda de importación, fue incluida en la ley de admisiones temporales, lo que supuso un trato arancelario mucho más favorable, que redujo considerablemente, el coste de los envases. Y en segundo lugar, porque justo entre 1910 y 1912, hubo una grave escasez de sardina, que disparó los costes de la materia prima, y obligó a cerrar a gran número de fábricas, por falta de rentabilidad. Gracias a que la empresa tenía otras fuentes de ingresos, y a que su capital invertido era una suma modesta, los Valeiras, se mantuvieron en el negocio, a la espera de mejores tiempos. No sucedió lo mismo con Heredia, que en 1910, se estableció en Buenos aires, como importador de alimentos y bebidas. Era un contacto más para los Valeiras, en el pujante mercado de la República de la Plata. En ese mismo año, se configura la firma López Valeiras Hermanos, que absorbe los negocios de la anterior compañía, con Ramón Heredia, y en la que participa como socio, Josefino, el tercero de los hermanos. Josefino López Valeiras (1880- 1944), recibe parte de la empresa que se divide en dos: Manuel queda en Dacón, con el comercio, emigración y aserraderos más adelante; Josefino en Vigo, dedicado a la exportación de pescado, junto con su suegro José Benito Puga, hacia los años 20. Durante estos años, varias serán las firmas que se asentarán en Setúbal (Portugal), y entre ellas, los Hermanos López Valeiras. Hacia 1937, en la Revista Semanal MBC, aparece un anuncio de publicidad de López Valeiras Hnos, y su fábrica de conservas, en donde se afirma la “especialidad en sardinas y calamares rellenos de jamón”, con marcas comercializadas como son: La Trainera, Maruxa y Valeiras. El férreo control de la posguerra, sobre el comercio entre otros factores, condicionó la interrupción de las exportaciones y el declive del consumo de productos, y alimentos no básicos. Esto se vio agravado por el fallecimiento, primero de Manuel, en 1940, y de Josefino, en 1944. Las fábricas de López Valeiras, fueron repartidas a los descendientes de Josefino (las de Vigo), y las de Ribeira, a los hijos de Manuel, que crearon en 1945, la firma Manuel López Valeiras Hijos S.L. Tras muchos avatares, la sociedad fue vendida, a un grupo de inversores locales, en 1978, terminando así, una trayectoria familiar pionera, en la puesta en valor de los productos del país.