Marca comercial "Antonio Alonso"

Detalles Bibliográficos
Identificador:MA_CE_00085
Denominación principal:Marca comercial "Antonio Alonso"
Clasificación genérica:Industria conservera. Promoción y publicidad. Diseño y Artes gráficas
Técnica:impresion
Material:papel;tinta
Dimensiones:
  • ancho: 7,3 cm;
  • alto: 14,7 cm;
  • profundidad: 11 cm;
Fecha de creación:1914
Origen o lugar:Vigo
Autor principal: Antonio Alonso Hijos
Descripción
Descripción: La pieza se compone de un tarjetón, al que está adherida en el anverso, la imagen de la marca "Antonio Alonso". En el reverso, aparecen recogidas las diferentes fechas de presentación, de marca de producto, así como la concesión y publicación de la misma.
Uso o finalidad:La función de los registros de marcas no era otro que asegurarse la independencia de la producción bajo un nombre concreto, evitando la competencia con otras empresas
Historia del objeto:La familia de Antonio Alonso, se inicia con el fundador de la dinastía en 1844, Juan Antonio Alonso Santodomingo, quien, tras emigrar a Cuba, donde reside 19 años, regresa a Vigo con un capital medio, que le permite hacerse con alguna finca y cuatro casas en la zona del Arenal vigués. Comienza a familiarizarse con el negocio conservero, gracias a sus visitas en el despacho de su primo, que disponía de una pequeña fábrica. Es por ello que se decide, por crear una fábrica, ubicada en una finca que incluía una casa de dos pisos, y estaba situada en el Vigo de aquel entonces, en el denominado Campo da Barxa. La historia de la conservera de Antonio Alonso, nos lleva a hablar de la diversificación de los mercados, exportando a diferentes países. Comenzó vendiendo el producto, a mayoristas franceses de Baiona, Burdeos y Nantes, como ya venían haciendo las fábricas de Goday y Massó. Además de la sardina, envasaba otro tipo de pescados y cefalópodos, como las luras o los jureles. La buena marcha del negocio lo lleva a adquirir,en 1892, y 1893, en los astilleros del Freixo (A Coruña), dos vapores de pesca, el San Antonio y el Santo Domingo, que armará en Vigo, con maquinaria inglesa y dedicadas a la pesca del besugo, para comercializar en fresco en Madrid, y escabechar el resto, en la planta que compartía con Guillermo Curbera, Benigno Barreras y Leopoldo Lamberti en Guixar (hasta 1941, ayuntamiento de Lavadores). En 1900, Alonso, acomete la ampliación de la fábrica, encargando proyecto, al arquitecto Jenaro de la Fuente Álvarez, que va a convertir la fábrica, en un icono de la arquitectura industrial modernista de Vigo. El conservero emprende, la modernización del proceso productivo, con la introducción de los procedimientos mecánicos de fabricación, y cierre de envases, siendo de los primeros en adquirir las máquinas Evers, de cierre sin soldadura, las embutidoras mecánicas, para el taller de vacío, y las máquinas de hacer llaves, con lo que en 1909, la fábrica del Arenal, tenía completa la maquinaria conservera, con un taller de vacío y un taller mecánico. En aquel año de 1909, comienza en las rías gallegas, el primer ciclo de escasez de la sardina, que la empresa sortearía, montando en Ayamonte (Huelva), una pequeña fábrica en la que cocía la sardina de la zona, y la envasaba en grandes latas, que se enviaban a Vigo, para su envasado en los formatos comerciales. Esquivando los problemas de abastecimiento de la materia prima, Conservas Antonio Alonso, obtendría grandes resultados, surtiendo de los mercados europeos en el conflicto bélico de la Gran Guerra (28 de julio de 1914 – 11 de noviembre de 1918), teniendo una sucursal en Burdeos. Tras la muerte del fundador en 1917, sus hijos Rodrigo, Antonio, Salvador y Mauro, fundaron en 1918, la sociedad colectiva “Antonio Alonso, Hijos”, y con los beneficios de la guerra, duplicaron el tamaño de la fábrica del Arenal, incorporando la más moderna maquinaria conservera, y un importante taller mecánico y de maquinaria. Además de cubrir las necesidades de la empresa, vendería cuños, autoclaves, sertidoras (máquinas de cierre de los envases por engaste) y además, maquinaria a muchas empresas del sector. La expansión de la empresa continuaría, con la adquisición en 1922, de la fábrica de salazón que tenía Juan Tapias en Pescadoira (Bueu), y que convertirán en poco tiempo, en su segunda fábrica de conservas de sardina. Vendrá después, la diversificación estratégica de las áreas de suministro, para enfrentar una nueva escasez de sardina, en las Rías Baixas. En 1924, se ponía en marcha la fábrica de Setúbal (Portugal), importante puerto sardinero y principal centro conservero portugués. Al año siguiente, será Celeiro (Viveiro), quien acogerá la tercera de las fábricas, buscando un mejor acceso, al abasto de bonito y bocarte del Cantábrico. En relación al mercado exterior, se sabe que desde la oficina de Burdeos en Francia, venderán no sólo la producción propia, sino la de otros conserveros gallegos, como Barreras o Juan Tapias. Durante la Guerra Civil, se mantuvo la elaboración de la sardina, creciendo de manera espectacular la de bonito y atún, cobrando un cierto protagonismo el mejillón y el berberecho, con la consecuencia de unos enormes beneficios empresariales. En el año 1940, la empresa se va dividiendo entre los hermanos, en dos nuevas firmas: Mauro, va a quedarse con una parte de la fábrica del Arenal, la conocida como “fábrica antigua”, que excluye talleres, y continuará con negocio con la razón social “Mauro Alonso”, hasta su cierre en 1973. Rodrigo, Antonio y Salvador, quedarán con el resto de la fábrica viguesa (la parte que daba a la calle García Barbón y parte alta de la Calle Serafín Avendaño), y con las fábricas de Bueu, Setúbal y Celeiro. Constituye de esta manera una nueva sociedad, “Conservas Antonio Alonso, S.L.”. Dentro del haber de esta división, para los tres hermanos, entrarían también las marcas: Palacio de Oriente, Albatros, La Corrida y Arosa. Al quedar sin fábrica en Vigo, los tres hermanos Alonso Giménez-Cuenca, trabajarán de manera provisional en la fábrica que adquieren a Roberto Alonso Lamberti, en el verano de 1941, en Guixar. Deciden construir en la bajada de Ríos (en Teis), una gran fábrica nueva que nunca llegaría a trabajar. La localización de las cuatro fábricas de “Conservas Antonio Alonso S.L”, le da una gran ventaja durante la Segunda Guerra Mundial, ya que desde las tres fábricas, situadas en Bueu, Celeiro y Vigo, exportan a Alemania e Italia, mientras que desde la fábrica de Setúbal, exportan a Reino Unido. Además de entender el negocio familiar, dos de los hijos de Antonio Alonso Giménez-Cuenca, Antonio y Guillermo Alonso Meléndez, emprenderán sus propias iniciativas. El primero, establecerá en 1947, una nueva fábrica de conservas en Portosín, en el solar del viejo almacén de salazón de los Roura, que acabará por vender en 1960, a Daniel Vázquez. El segundo, adquirirá en 1947, la que tenía Amador Mouriño en el muelle de Cambados, que venderá a Conservas Galbán, en 1956. En 1967 ,“Conservas Antonio Alonso” pasa a ser sociedad anónima y en el año 1969, el hijo de Guillermo, Guillermo Alonso Jáudenes, es nombrado consejero delegado y asume la dirección de la empresa, con un amplio consenso entre todos los socios de la firma familiar. El nuevo director, decide en 1971, cerrar la fábrica de Guixar, que funcionará de manera provisional durante 30 años, y que tenía poca productividad. La planta de Celeiro ,se especializa en la elaboración de túnidos y la de Bueu, se ocupará del resto de las producciones, manteniéndose en Vigo, la dirección y oficinas. Sin reducir esfuerzos por prestigio y marca propia, principalmente “Palacio de Oriente”, a partir de 1975, se emprende la fabricación para marcas de distribuidor, las conocidas como marcas blancas, para vender en Simago (Continente), entre otros grandes distribuidores. En 1989, las oficinas centrales de Vigo, se trasladan a la carretera de Camposancos (carretera Vigo-Baiona), donde está también el almacén regulador, comenzando una etapa de modernización, con implantación de certificaciones de calidad, desarrollo de sistemas informáticos, de nuevos productos y apertura de nuevos mercados internacionales. En los años 1992, y 1993, se modernizan las líneas de mejillón, cefalópodos y túnidos, así como los procesos de estuchado. En 1999, se cierra la fábrica de Bueu, abriéndose una nueva en el polígono industrial de Castiñeiras, en el término municipal de Bueu. La nueva fábrica de Bueu, será destruida por un incendio en 2012, pero la empresa decide renovar totalmente la planta, dotándola de las más recientes tecnologías de producción automatizada.