Marca comercial "Monopol"

Detalles Bibliográficos
Identificador:MA_CE_00095
Denominación principal:Marca comercial "Monopol"
Clasificación genérica:Industria conservera. Promoción y publicidad. Diseño y Artes gráficas.
Técnica:impresion
Material:papel;tinta
Dimensiones:
  • ancho: 6,5 cm;
  • alto: 14,7 cm;
  • profundidad: 11 cm;
Fecha de creación:1908
Origen o lugar:Vigo
Autor principal: José R. Curbera
Descripción
Descripción: La pieza se compone de un tarjetón, al que está adherida en el anverso, la imagen de la marca "Monopol". En el reverso, aparecen recogidas las diferentes fechas de presentación, de marca de producto, así como la concesión y publicación de la misma.
Uso o finalidad:La función de los registros de marcas no era otro que asegurarse la independencia de la producción bajo un nombre concreto, evitando la competencia con otras empresas
Historia del objeto:Zenón Curbera Pontóns, originario de Arenys de Mar ( barrio marinero de Arenys de Munt, en el Maresme de Barcelona), el representante de los agraviados. Sin embargo, “Zenón Curbera”, se establecería en Vigo, fundando el entonces, ayuntamiento de Lavadores, en 1799 y asociado con Guillermo Broussain, un maestro curtidor vascofrancés, una fábrica de cueros, negocio que compaginaba con los negocios de sardina, que tenía con sus hermanos. Su hijo, Agustín Curbera Pascual, compartiría en Vigo una sociedad dedicada a la salazón de sardina, transporte de emigrantes a América, y comercio al por mayor, bajo la razón social “Curbera y Rovira”. Tres de sus hijos, Francisco, Víctor y Agustín Curbera Puig, continuaron en el negocio de la pesca y la sal, bajo la razón social “Curbera Hermanos”, mientras que un cuarto, José Ramón, inició nuevos negocios por su cuenta, y la hija, Amalia, se casaba con otro fomentador, Juan Buet Noqueira. Francisco y Víctor Curbera Puig, continuarían con sus negocios heredados, y fundarían en el año 1861, la primera fábrica de conservas herméticas que había existido en las Rías Baixas. Además de pescados y mariscos, preparaba también conservas de frutas y de carne. Esta primitiva conservera, estaba en la praya de Arealonga, localidad de Mirabéns, del entonces Municipio de Lavadores, y tenía el mismo carácter artesanal, que habían tenido en Galicia, todas las iniciativas anteriores a la fábrica de Goday, de 1879.La fábrica de los hermanos Curbera, igual que la coruñesa de Zuloaga, y la noyesa de Caamaño, habían sido pioneiras en la conserva hermética, pero con una falta de especialización (comercializaban desde perdices hasta ostras, en todo tipo de envases) e unos procedimientos artesanales, que no auguraban buenos resultados. Los malos resultados económicos, llevaron a la disolución de la sociedad en 1877, y al abandono de la fábrica de Arealonga, casi en la misma fecha en la que su hermano Agustín, abría en Guixar, otra fábrica de conservas herméticas, que seguiría la misma suerte, y se declararía en suspensión de pagos hacia el año 1892. El cuarto hermano, José Ramón Curbera Puig, era entonces un sólido comerciante al por mayor de bacalao, coloniales (cacao y azúcar), aguardiente catalán, aceites sevillanos y levantinos, e higos malagueños. La mala marcha de los negocios de sus hermanos, lo lleva a comprar la fábrica de Agustín, para evitar la quiebra de la industria familiar. Cuando empezaron a trabajar sus hijos, José Ramón y Julio Curbera Fernández., en 1897, el viejo comerciante encarga al mayor de sus hijos, José Ramón, la gestión de la fábrica de Guixar, mientras que el menor, Julio, se hace cargo de las actividades comerciales del padre. En estos años de cambio de siglo, José Ramón Curbera, hace una apuesta por la especialización en la sardina en aceite, con destino a la exportación, frente a lo que hasta entonces era una producción en exceso diversificada (gambas, pichón estofado, percebes, lenguado en aceite, perdices y ostras, entre otras conservas). El éxito de la iniciativa y la reducción en los costes, con el uso del cerco y de las traíñas, lo llevan a adquirir en 1900 una segunda fábrica en Bueu, hasta entonces explotada por “Alonso, Ferrer y Compañía”. Con las dos fábricas elaborando conjuntamente un total de treinta y cinco mil cajas de cien latas cada una al año, se va a convertir en una de las principales conserveras gallegas. En el año 1906, inauguraba una nueva fábrica, en la finca conocida como “Villa Joaquina”, en el Arenal vigués, incorporando las últimas novedades en la tecnología de la conserva, novedades que llevaría de inmediato a la fábrica de Bueu y, ya a finales de 1908, a la de Guixar. En 1909, tiene lugar la crisis sardinera gallega, al desaparecer la sardina de nuestras costas, y dar lugar al primer gran ciclo de crecimiento sectorial de la historia industrial de Galicia. La crisis duró tres años, y arrastró a numerosas empresas conserveras. Curbera, fue de los primeros empresarios que decidió seguir a la sardina en su rumbo a los puertos del sur, comprando a finales de 1910 el vapor "Segunda Felisa", para adquirir sardina para la fábrica del Arenal, por todo el litoral Atlántico desde Ayamonte a Gijón. Comenzaría así, la actividad armadora para la casa Curbera, que adquiriría un segundo vapor –el Feliz Tercero– en los primeros meses de 1911 para abastecer de sardina a las fábricas, pero que enseguida iba a convertirse en una de las principales flotas pesqueras gallegas. Con la muerte en 1911, de Leopoldo Lamberti, abuelo de Fermina Alonso Lamberti, que se había casado con José Ramón Curbera Fernández, en 1908, la fábrica que aquel fundara en Ameixide, se integra en el conjunto de empresas, a lo que aún se va a sumar hacia 1916, la fábrica de Alcabre, que había sido adquirida a Daniel Rodríguez Valdés, tras su quiebra con el Banco de Vigo, tras la crisis sardinera. La actividad conservera se completaba en el grupo Curbera, con una serrería mecánica, una fábrica de llaves y puntas, un taller de fabricación de envases de hojalata, y una fábrica de recuperación del estaño, contenido en recortes y latas usadas, estaño que alcanzara elevadísimos precios durante la Primera Guerra Mundial, por la negativa de los británicos de suministrarlo a las naciones neutrales. En 1923, muerto el patriarca Curbera Puig a comienzos de 1919, la viuda y tres de los hijos, Julio, Amalia y Epifanía, dejan la empresa familiar y queda como único propietario, José Ramón Curbera Fernández, quien aún sumaría al grupo conservero una vieja salazón de sardina en Ayamonte (Huelva), que convertiría en fábrica de conservas de sardina y de atún, y una fábrica de conservas, que tenía la casa bancaria “Olimpio Pérez” en Cabo de Cruz (Boiro, Coruña).En 1940, José, Leopoldo, Margarita y Fermina Curbera Fernández, acaban con la tradición de empresa individual y constituyen “José R. Curbera, S.L.”, que en 1952, se cambia a sociedad anónima. La crisis sardinera de los primeros años de la década de 1950, y la regulación de los precios de las conservas, en la mitad de la década de 1960, llevará a la venta de la flota familiar, y a la concentración de la producción, en las fábricas de Ameixide (vid. ficha 149) y de Cabo de Cruz. La fábrica del Arenal vigués, irá menguando su actividad, hasta cerrar a comienzos de 1970. En 1983 muere José Curbera Alonso, quedando al frente su hijo, José Curbera Conde. La fuerte restricción de crédito a comienzos de la década de 1990, lleva a la empresa a la suspensión de pagos y al cese de la actividad.